La Composición en Diseño de Interiores

El diseño de interiores es un universo lleno de creatividad, donde la estética y la funcionalidad, se combinan para transformar los espacios en entornos acogedores, inspiradores y que reflejen la personalidad de sus habitantes. Cada ambiente bien logrado, se sustenta en principios que sirven de base para crear composiciones impresionantes y visualmente atractivas. En este artículo, exploraremos esos principios esenciales y su relevancia en el mundo del diseño de interiores.

¿A qué llamamos COMPOSICIÓN en Diseño de Interiores?

En su sentido más amplio “La composición es el arte de combinar elementos, a fin de que el conjunto resultante sea una síntesis armónica, unitaria y bella”. Es la fascinante combinación de pesos, contrapesos, movimiento y ritmo en busca de la unidad de múltiples elementos dispersos, que queremos reducir a un conjunto armónico y equilibrado.

Debemos considerar que cada elemento posee características propias y distintos pesos visuales que generan tensiones entre ellos. Y que cualquier elemento que incorporemos en una composición, aunque sea pequeño, desempeñará un papel en la misma y pasará a formar parte activa del diálogo visual.

El fin último de la composición es la unidad visual. Por eso el resultado de una buena composición es una unidad ordenada y equilibrada, capaz de trasmitir sensaciones de perfección, de armonía y de que todo está en su justo lugar.

En un espacio cada mueble, cada textura, forma y color son parte de una estructura mayor, la composición. Ella determina cómo estos elementos conviven, se comunican y afectan la percepción del ambiente.

La composición en Diseño de Interiores, es la herramienta invisible con la que se organizan los diferentes elementos dentro de un espacio, dándoles equilibrio, armonía, unidad y sentido. Sin una adecuada composición, los muebles, elementos, texturas, formas, colores y el espacio en sí mismo carecerían de una relación clara entre ellos.

¿Cómo podemos lograr una buena composición en el diseño de interiores?

Como punto de partida, es importante entender la composición como un proceso flexible. No debemos verla como un conjunto de reglas rígidas que limitan la creatividad de manera que hasta se prefiera ignorarlas, ni por otro lado como un cálculo obsesivo que nos haga reducirla a simples fórmulas y medidas exactas que dejen a un lado la emoción y el sentimiento en nuestro diseño.

Debemos ver la composición como el lenguaje que nos permite contar historias en un espacio, equilibrar los elementos y guiar la mirada dentro de él. Más que de memorizar reglas se trata de comprender cómo funcionan, de que puedas aplicarlas de la forma más natural posible y de que lleguen a convertirse en una herramienta intuitiva que fluya con tu sentido del diseño.

El resultado, necesariamente, no tendrá que ser una composición visual perfecta, bastará con que sea efectiva, con que logres transmitir lo que buscabas con ella y que se sienta como una unidad armoniosa, equilibrada y funcional.

Ahora, para que puedas conseguir esa unidad desde la variedad de la que venimos hablando, deberás conocer los principios con los que opera la composición y aprender a dialogar con ellos.

Principios de la Composición

Los principios de composición en diseño de interiores son el conjunto de reglas que nos permiten darle orden visual y unidad a los diferentes elementos en un espacio, nos referimos a:

  1. Proporción y Escala
  2. Equilibrio
  3. Ritmo
  4. Énfasis
  5. Armonía y Unidad

1. Proporción y Escala

Proporción:

La proporción es la relación correcta entre la dimensión de una parte de un objeto con otra parte o con el conjunto, entre un objeto y otro, o entre los diferentes elementos en un diseño. En el diseño de interiores nos ayuda a generar un orden lógico en el espacio.

Esta relación puede ser de magnitud, cantidad o grado.

La proporción áurea o divina proporción describe una relación especial entre las partes de un elemento o entre varios. Esta parece ser la mejor proporción entre dos partes desiguales y quizá el sistema de proporciones más conocido. Está expresada por un número irracional aproximadamente igual a 1,618. La sección áurea fue establecida por los antiguos griegos quienes la relacionaron con la belleza y con la naturaleza, y de ahí pasó a utilizarse en arte, pintura y arquitectura. Por generaciones ha obsesionado a artistas, diseñadores, arquitectos y a muchos profesionales en busca de la perfección visual.

Una forma simple de hallarla. Si tenemos un segmento cualquiera digamos que mide 3cm y queremos encontrar otro que esté guardando con él proporción áurea, y este fuera el menor, para hallar el mayor lo que haremos será multiplicar 3 x 1,618 y si el segmento que tenemos fuera el mayor, lo que haríamos sería dividirlo entre 1,618 para obtener el menor. Aplicando esta simple ecuación podemos dividir paredes o zonificar una habitación obteniendo un resultado muy agradable visualmente.

La espiral aurea, que se construye a partir de la proporción aurea, también conocida como espiral de oro, surge de dividir un rectángulo áureo en cuadrados más pequeños y a partir de ellos trazar una curva que conecte sus esquinas. En el diseño la espiral de oro se utiliza para guiar la disposición visual de elementos y para colocar el punto focal en una composición. Su forma natural y fluida tiene un efecto estéticamente agradable que resuena con nuestro sentido innato de la belleza.

Existe una correspondencia importante entre la sección aurea y la secuencia de Fibonacci, progresión en la que cada número es la suma de los dos anteriores y la relación entre dos de sus números consecutivos se aproxima al número áureo: 1,61 8. Esta secuencia comienza por:

1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55…

La que podemos emplear al decidir las dimensiones de elementos que estarán próximos unos de otros o que formarán un conjunto. Por ejemplo, para piezas de diferentes tamaños que vayas a colocar encima de un mueble podrías elegir una de 21cm de altura, otra de 34 y otra de 55cm

Veamos algunos usos de la proporción aurea en el diseño de interiores:

Puedes usarla para identificar dónde está el punto más atractivo en tu espacio o composición, este punto es el que te quede coincidiendo con el centro de la espiral. Y en él colocas tu elemento principal el que quieres que capte de primero la atención. También, en algunos casos, puedes distribuir los muebles o elementos decorativos siguiendo la curva de la espiral que crea un patrón fluido muy agradable. Este recurso es útil en los espacios donde queremos guiar la mirada del observador de manera natural.

También podrás emplear la proporción aurea para:

  • Definir tamaños de detalles decorativos como es el caso de cojines, alfombras y accesorios.
  • Para distribuir el espacio. Puedes definir zonas dividiendo la planta con la proporción aurea y las paredes para la colocación de cuadros, estanterías u otros elementos. Por ejemplo, si tienes una pared que mide 3,5 metros, podrías dividirla en 3,5m / 1,618 = 2,16 m la que sería una parte principal y 3,5m-2,16m = 1,34 m ó 2,16m/1,618 = 1,334m la que definiríamos como la parte secundaria.

Y en lugar de colocar un cuadro justo en el centro de la pared, puedes colocarlo en una de estas dos partes que has creado, así encontrarás un punto de equilibrio más natural.

En ocasiones se nos convierte en un problema definir los colores para un espacio. Si en algún momento te vez en esa situación puedes resolverla aplicando la proporción de:

60% → de un Color para paredes, techos y cortinas

Un 30% → de otro Color para muebles

Y un 10% → de otro para usarlo como Color de acento en decoración, cojines y accesorios

Y por último, con relación a la proporción, también debemos considerar que un objeto parecerá más grande o más pequeño en un espacio, según los tamaños de otros objetos de su entorno o del propio espacio.

Escala

La escala en diseño de interiores, se refiere al tamaño de los elementos, muebles, objetos, texturas, patrones y del espacio. Y a si ese tamaño es el adecuado con relación al de otros elementos cercanos y al concepto de diseño que queremos desarrollar.

La escala y la proporción están relacionadas pero no son lo mismo, se diferencian en que la proporción es la relación matemática de armonía entre las partes de un elemento o de este con una composición mientras que la escala se refiere al tamaño de un elemento o del espacio.

La escala nos puede ayudar a través del tamaño de ciertos elementos a:

  • Dirigir la atención hacia ellos y crear interés visual. Un objeto grande de escala dominante podemos utilizarlo como punto focal, por ejemplo, una lámpara de araña impresionante en una sala de estar.
  • Introducir dinamismo mediante la combinación de diferentes escalas. Por ejemplo, combinar piezas de diferentes tamaños puede crear un contraste atractivo y dar personalidad al espacio.

La escala está íntimamente relacionada con la ergonomía. Los muebles, elementos, objetos y el propio espacio deben adaptarse a las dimensiones del ser humano para asegurar confort y funcionalidad en el diseño. Un elemento mal escalado por ejemplo una encimera de cocina demasiado alta o demasiado baja, hará que las personas se sientan incómodas.

2. Equilibrio

El equilibrio se refiere a la distribución de los elementos en un espacio, de manera que se logre estabilidad entre ellos. Lo aplicamos para resolver las tensiones entre las fuerzas visuales opuestas que se producen entre mobiliario, accesorios, colores y texturas y así conseguir que ninguna zona se perciba más pesada que otra. Puede ser simétrico, asimétrico o radial.

Equilibrio simétrico:

El equilibrio simétrico se logra al organizar elementos idénticos en forma, tamaño y posición reflejados a ambos lados de un eje central. La simetría genera sensación de orden, formalidad y estabilidad, y produce un efecto visual tranquilo y sereno. Podemos emplearla para destacar un punto focal central.

Es fundamental que las composiciones simétricas sean precisas, ya que una casi simetría va a transmitir sensación de error o descuido.

Destaca por lo simple que resulta para crear orden visual pero a veces la formalidad y la rigidez que transmite no se corresponde con el resultado final que deseamos en nuestro diseño.

Equilibrio asimétrico:

El equilibrio asimétrico se refiere a la organización de elementos con tamaños, colores, formas o posiciones diferentes en una composición, pero con una distribución visual estable y armoniosa. A diferencia de la simetría, que necesita de pares de elementos idénticos y de la repetición para lograr equilibrio, la asimetría apuesta por la variedad y el dinamismo.

El equilibrio asimétrico se consigue al contrarrestar pesos y fuerzas visuales diferentes. Los elementos más pesados visualmente como colores brillantes, formas únicas o texturas complejas pueden equilibrarse con elementos de mayor tamaño, o colocándolos estratégicamente lejos del centro de la composición.

A diferencia del equilibrio simétrico este aporta sensación de fluidez y dinamismo, lo que lo hace ideal para composiciones contemporáneas que buscan expresar movimiento, cambio o una narrativa visual activa.

Equilibrio radial:

En el equilibrio radial los elementos se disponen alrededor y a la misma distancia de un punto central común llamado también centro de simetría.

Este tipo de equilibrio genera sensación de unidad, movimiento y enfoque y se caracteriza por:

La existencia de un punto central dominante o eje central que actúa como el núcleo de la composición con el que todos los elementos están conectados o relacionados.

  • La repetición de manera uniforme alrededor del punto central de las formas, líneas, colores o patrones.
  • La sensación de movimiento ya que, por su naturaleza, este equilibrio guía la mirada del observador hacia el centro o desde el centro hacia el exterior.

Ejemplos del equilibrio radial en diseño de interiores los tenemos en la disposición de los muebles alrededor de una alfombra circular o en una mesa redonda de comedor.

El equilibrio radial tiene gran impacto visual gracias a su estructura envolvente y cohesiva.

3. Ritmo

El ritmo es la sucesión armónica de espacio ocupado, de espacio libre y de formas en un espacio. Se refiere a la repetición de elementos visuales y ayuda a la mirada a moverse fácilmente de un objeto a otro y a que estos se perciban como un todo unificado.   Crea sensación de movimiento visual y se logra a través de la repetición uniforme, creciente o decreciente o la alternancia de líneas, formas, texturas, patrones y colores.

Por Repetición uniforme: Es la forma más simple, se da cuando el mismo elemento se coloca a intervalos regulares a lo largo de una trayectoria lineal. El espacio vacío, no ocupado, es esencial para marcar la velocidad del ritmo, de manera que, si el espacio libre es amplio el movimiento se percibe más lento, cuando disminuye este espacio se produce una sensación de mayor rapidez. Variar la distancia entre los elementos permite generar ritmos más fluidos o más marcados y llamativos.

Creciente o decreciente: Consiste en variar gradualmente un elemento en tamaño o valor del color para otorgar dirección a la secuencia. Este tipo de ritmos se crea con una variación sucesiva de tamaños, grosores, alturas o colores. Generalmente, el crecimiento se entiende mejor si el elemento o los elementos aumentan de izquierda a derecha y de arriba abajo. Se pueden combinar ambos alternando paulatinamente el crecimiento y el decrecimiento de los elementos, con lo que se produce un movimiento ondulado. Si además de variar su forma, color y tamaño se gradúa la variación de la distancia entre elementos, se dinamiza el ritmo y su velocidad.

Por alternancia: Es el que se da cuando se intercalan dos o más elementos de diferente forma, color, tamaño o textura que se van alternando en la misma dirección, lo que acentúa el dinamismo en la secuencia.

El ritmo visual se percibe con mayor facilidad cuando la repetición sigue una línea clara, pero en el diseño de interiores también pueden existir ritmos más sutiles creados a partir de formas, colores y texturas distribuidas de manera no lineal. Estos aportan dinamismo sin ser evidentes a primera vista.

4. Énfasis

En el diseño de interiores es fundamental establecer un centro de interés visual que sea adecuado, atractivo, expresivo y armonioso dentro del conjunto del espacio. Este punto focal, además de tener una presencia física destacada, debe transmitir una idea, un ambiente o una sensación que refuerce el propósito de su ubicación. Su función es guiar la atención del observador y expresar con claridad el concepto que se desea comunicar en ese entorno.

El elemento dominante puede ser unitario o compuesto. Si no hay un punto focal, el espacio se verá monótono y sin interés, pero si hay demasiados se sentirá recargado y caótico.

Un elemento puede adquirir mayor énfasis visual si se destaca por su tamaño, forma singular, color, textura, valor contrastante o ubicación dentro del espacio. Para reforzar su protagonismo se pueden emplear recursos como la iluminación dirigida, el contraste de colores, la disposición estratégica del mobiliario o el uso de líneas que conduzcan la mirada hacia él.

El énfasis o punto focal en un espacio puede ser por ejemplo, la pieza central en una composición simétrica, la que contrarresta otros elementos en una composición asimétrica, la que se sitúa al final de un recorrido visual, una vista llamativa a través de una ventana, o bien la que recibe una iluminación especial.

5. Armonía y Unidad

La armonía es el plácido acuerdo entre las partes de una composición. Se logra mediante la combinación de elementos que comparten características comunes como forma, color, textura o material.

Si utilizamos demasiados elementos con la misma característica nuestra composición será unificada y armónica pero poco interesante.

Por otro lado, si introducimos demasiada variedad con la intención de crear un espacio más interesante, el resultado podría ser un caos visual.

La unidad es el propósito de una buena composición. Consiste en alcanzar completa armonía y coherencia visual dentro del espacio, donde todos los elementos —mobiliario, colores, texturas y formas— se relacionan entre sí de manera natural, formando un conjunto equilibrado. La unidad pone en relación lo diverso y lo convierte en un todo cohesionado. Se alcanza cuando sentimos que todos los componentes “hablan el mismo idioma” y conviven en sintonía.

Para resumir, podríamos decir que:

PRINCIPIOAPORTA A LA COMPOSICIÓN
Proporción y EscalaOrden lógico
EquilibrioEstabilidad
RitmoMovimiento
ÉnfasisInterés visual
Armonía y UnidadIntegración del conjunto


Comprender y aplicar los principios de composición constituirá un paso transformador en tus proyectos. Ahora que los conoces, te invito a que los pongas en práctica.

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